19 octubre 2015

EL CABARET DE LOS HOMBRES PERDIDOS




EL CABARET DE LOS HOMBRES PERDIDOS
texto de Christian Simeón
Adaptación: Jorge Roelas
Dirección: Victor Conde

(lo que se está dispuesto a hacer por alcanzar un sueño)





Avanzo por el pasillo que da acceso al patio de butacas del Teatro del Mercado y entro en el Tatoo. Música de piano, luz tenue y atmósfera irrespirable de antro. Tres personajes. El Destino (Ignasi Vidal), el Tatuador (Armando Pita) y el transexual Lullaby (Ferrán González). Todo comienza con la llegada de Dicky (Cayetano Fernández), un chico perseguido por su apariencia homosexual, al que abren la puerta para que escape de sus perseguidores. Dicky sueña con ser cantante, pero Destino le ofrece una oportunidad en otro género. Casi sin saber cómo, se convierte en actor de cine porno. A partir de allí su vida cambiará para acabar de forma trágica.

"El cabaret de los hombres perdidos" transporta a cada pequeño trozo de historia que nos va contando desde el escenario. A pesar de no variar la escenografía, el gran trabajo actoral (interpretación, canto y movimiento) te hace olvidar que estás en un teatro. La sensación es la de estar observándolo todo desde un rincón del Tatoo.

El ritmo es perfecto. A veces, en los musicales, las canciones... no vienen a cuento. No es el caso. Mención especial, bajo mi humilde punto de vista, para la interpretada por Lula como Katty, junto a Dicky.

Enhorabuena a Víctor Conde y a toda la gente que ha trabajado para ofrecernos este cabaret imposible de olvidar. Divertido y desgarrador. Maravilloso por cercano y ello por dejar un último hueco al amor. 

Hoy fui sola al teatro, pero salí con cuatro personajes en el corazón y el destino en mis manos.