18 agosto 2017


En recuerdo a Federico García Lorca en el 81 aniversario de su muerte. 

Nadie muere del todo si es recordado


LEONARDO:


Porque yo quise olvidar

y puse un muro de piedra
entre tu casa y la mía.
Es verdad. ¿No lo recuerdas?
Y cuando te vi de lejos
me eché en los ojos arena.
Pero montaba a caballo
y el caballo iba a tu puerta. 
Con alfileres de plata
mi sangre se puso negra, 
y el sueño me fue llenando
las carnes de mala hierba.
Que yo no tengo la culpa,
que la culpa es de la tierra
y de ese olor que te sale
de los pechos y las trenzas.

NOVIA:

¡Ay que sinrazón! No quiero
contigo cama ni cena
y no hay minuto del día
que estar contigo no quiera,
porque me arrastras y voy,
y me dices que me vuelva
y te sigo por el aire 
como una brizna de hierba.


"Bodas de sangre" de Federico García Lorca


17 agosto 2017



"Las palabras de las obras" de Pablo Messiez

"...si no hay nada que enseñar, papá. ¿Quién puede tener la desvergüenza de pretender enseñar algo?, si esto es un desastre. No hay manera de hacerlo bien o mal. Se hace lejos o cerca. Se hace juntos o separados. Y no se puede cambiar de golpe. No. De golpe, no. Primero hay que mirar. Mirar y ver qué se ha hecho con el tiempo. Con todo el tiempo. Eso me haría feliz. Verte mirar el modo en que has empleado tu tiempo. Las cosas que has hecho y dejado de hacer. Verte mirándolas en paz. Como se mira lo que se ha elegido. 




09 agosto 2017




LAS PALABRAS DE LAS OBRAS
de Pablo Messiez 
Editorial: Continta me tienes


El libro recoge cuatro de sus obras: Muda, Los ojos, Las plantas y Todo el tiempo del mundo.

Pablo Messiez es un mago de las palabras. Leer sus textos es un hechizo, un encantamiento. Escribe con cuidado, con mimo, con cariño. Muchas veces hay que releer lo leído por miedo a perderse algo de toda la delicadeza y belleza que desprenden una frase, un párrafo, una página o varias. Es fascinante adentrarse en su forma de narrar historias, y ya no les cuento si tienen oportunidad de verlas representadas y además dirigidas por él.

Leer una obra de teatro es seductor cuando ya se ha visto interpretada en un escenario, porque como él dice en la introducción del libro: "Las leo y veo todo lo que no dicen". Mientras se lee, permanece en la memoria lo visto. Los actores, la luz, la escenografía... y es cautivador.

De todas las obras incluidas en el volumen, Todo el tiempo del mundo es para mí una "joyita". Me cautivó al verla y volvió a hacerlo al leerla. Es pura ambrosía y por ello recomiendo leerla, releerla, verla y volver a verla. 




"Desde hace un tiempo mi tiempo tiembla. Es que  es así, es un tiempo que tiembla, entre la memoria de lo que pasó y la inquietud acerca de lo que pasará. Es como si estuviera anclado en un atardecer de domingo. Eterno. ¿Entendéis?...Un atardecer de domingo. Con esa sensación rara habitando el cuerpo que no sabe qué hacer con esas horas mezquinas que no dan nada, más que miedo del lunes".
Todo el tiempo del mundo, de Pablo Messiez.