16 octubre 2016


NOSTALGIA DEL "TATOO"





Hace un año...

Tarde de domingo. Sopor, siesta larga, pereza. Pensé no ir, pero si no lo hacía las horas hasta la noche pasarían lentas y vacías, así que cambié de opinión y fui. Cogí el autobús. Caminé sola por calles que poco conocía porque poco me gustaban, llegué al Teatro del Mercado y entré en el Tatoo. Me senté en mi butaca y allí, frente al escenario, me sentí mejor que en casa. La música nacía de las manos del maestro pianista, Lula tomaba una copa en la barra. Al poco apareció Destino. La función comenzó y a los pocos segundos yo ya no observaba como espectadora, sino como parte de la historia, desde un rincón del Tatoo, no del Teatro. 

"El cabaret de los hombres perdidos" fue para mí puro arte. Momentos intensos y emotivos. Ternura y risas. Voces e interpretaciones estupendas. Maravillosa la conexión con Destino a través únicamente de la mirada. Maravilloso cierre pudiendo felicitar al director de todo el tinglado. Gracias "hombres perdidos" por ofrecer una de esas obras que una vez vista queda alojada en tu memoria para siempre.