17 enero 2018


VENUS
de Víctor Conde
Editorial Acto Primero




Una Reina Maga que cohabita conmigo, que vela por mí cuando nadie lo hace e intenta ser real, a pesar de no serlo, me regaló estas Navidades VENUS, de Víctor Conde. La reina me conoce bien y sabía que quería comprarlo desde Septiembre, cuando se editó. A pesar de que fue previsora y no tardó demasiado en pedirlo (tenía que venir desde Madrid), no llegó para el día de Reyes. Así que mis ansias por tenerlo crecieron. Pero cuando llegó, yo andaba inmersa en la lectura de un libro (que no citaré), considerado como obra maestra dentro de la narrativa contemporánea, de ésos que todo el mundo dice que hay que leer. Pues bien, a mí me ha costado un horror acabarlo. Y por fin, terminado, hoy comencé VENUS. Lo he leído en una tarde, con un café (aunque habría estado mejor una cerveza, un vino bueno, caro o una copa de champán, con un collar de guirnalda navideña al cuello). Al terminar no he podido por menos que escuchar "Hallelujah" de Leonard Cohen.

VENUS es teatro, porque el teatro también se lee. Se estrenó el año pasado en el Teatro Pavón-Kamikaze de Madrid (los kamikazes nunca defraudan, fíate de lo que eligen). Además sigo el trabajo de Víctor Conde desde que lo conocí a través de "El Cabaret de los Hombres Perdidos", maravilloso espectáculo. También sigo el trabajo de Editorial Acto Primero desde que se creó, y me parece muy interesante. Todo buenas coincidencias. No podía ser de otra manera, ¡me ha encantado! 

VENUS  habla de algo que me apasiona, el tiempo. De cómo lo aprovechamos o malgastamos. De cómo hacemos o dejamos de hacer cosas que nunca se repiten, que nunca vuelven, porque creemos tener todo el tiempo del mundo, y no es así. De cómo amamos y nos olvidamos de amar porque no hablamos, porque no compartimos, porque no nos entendemos, porque no nos esperamos. No tenemos todo el tiempo del mundo, porque algún día moriremos, y puede ser temprano o tarde. VENUS habla de amar, amar sin miedo porque es lo único que merece la pena, y yo estoy de acuerdo. También habla de nostalgia, de recuerdos, de sentimientos ligados a una canción, a una película. ¿Quién no los tiene?

¿Qué pasaría si tuviéramos la oportunidad de retroceder en el tiempo y poder así entender muchas cosas que de ninguna otra forma pueden comprenderse? El viaje en el tiempo con el que Víctor Conde nos hace viajar en el libro está estructurado de manera brillante. Y a diferencia de lo que me suele pasar cuando leo teatro que no he visto, el personaje de Jorge es tan real en mi cabeza que no dejo de ver constantemente a Antonio Hortelano, durante todo el libro. 

Un viaje maravilloso. Enhorabuena Víctor Conde, precioso libro. Sigue escribiendo por favor.