29 junio 2016

LLUVIA CONSTANTE



LLUVIA CONSTANTE

de Keith Huff 
Versión y dirección de David Serrano




¡Muchos días sin escribir! Los estudios se han comido a bocados mi tiempo. Pero los sueños hay que perseguirlos (cosa que me enseñó un gran actor en un teatro), y en ello estoy. Ahora, con el curso ya terminado, vuelve la actividad a éste mi pequeño rincón para compartir los momentos que el teatro me regala.
La falta de tiempo y otras circunstancias con las que no aburriré a nadie, tienen como consecuencia que retome la actividad del blog escribiendo sobre una obra que pude disfrutar hace más de un año (febrero de 2015), en el Teatro Principal de Zaragoza: "Lluvia constante".

"Lluvia constante" es una de esas obras con las que vives siempre una vez que la has visto. Poco importa cuanto hace de ello. Porque el gran trabajo de un buen director supone que: el texto sea estupendo, los actores "bestias escénicas", y el público pieza importante dentro del puzzle de la representación. 
David Serrano adapta la obra de Keith Huff y dirige a los señores Roberto Alamo y Sergio Peris-Mencheta. La historia gira en torno a dos policías que se conocen desde niños. Dani (Roberto Alamo), aparentemente más fuerte, padre de familia protector, con una clara escala de valores, y Rodo (Sergio Peris-Mencheta), más tranquilo, más infeliz, sin familia, siempre bajo la atenta mirada de su compañero. Los acontecimientos que suceden en pocos días harán que salgan a la luz tanto sus virtudes como sus miserias. El resto de personajes toman forma a través de la estupenda interpretación de ambos, al igual que todos los lugares donde se van sucediendo las distintas partes de la historia, porque la escenografía es la misma de principio a fin. No obstante, Alamo y Peris-Mencheta se encargan de dibujar en el escenario cada uno de los sitios, cada una de las  personas que van apareciendo sólo en el texto, pero que se transforman en imágenes en las mentes del público.
 La forma en que Roberto Alamo se dirige en una ocasión al público, haciéndoles una pregunta directa (pregunta a la que contesté desde mi segunda fila, por miedo a que nadie lo hiciera y él se cabreara tanto que bajara al patio de butacas con toda su ira en marcha), o la manera en que Sergio Peris-Mencheta consigue emocionar a los allí presentes a través de sus palabras, de cara a todo el teatro, en la última parte de la obra, hacen que admire a directores y actores por compartir conmigo lo que crean, lo que ofrecen y en definitiva hacerme sentir importante como espectador.
Llevan desde octubre del 2014 representándola por toda España. Ojalá sigan haciéndolo, y si es así y tienen oportunidad, no se la pierdan, porque es BRUTAL. Porque remueven por dentro haciéndonos ver que no todo es blanco o negro, que no hay buenos ni malos, que lo que parece correcto no tiene porque serlo y que es importante ser honesto con uno mismo, sin hacer daño a nadie. Teatro intenso y maravilloso. No pude acabar de otra manera, aplaudiendo en pie. ¡BRAVO¡