09 agosto 2020


 HE NACIDO PARA VERTE SONREÍR de Santiago Loza


"¿Hay algo en tu mirada que todavía me mira a mí, o ya te has ido del todo?".

...

"No sabes lo que te pienso".

...

"Tú te fuiste y me dejaste sola en la realidad".

...

"Temblor por el delirio, no por el frío".

...

"Una historia de amor con un hijo es muy compleja".

...

"Ahora ya sabes más de tu madre de lo que voy a saber yo de ti en toda esta vida".


Éste texto de Santiago Loza se estrenó en España en el Teatro de La Abadía el 1 de marzo de 2017. 


Adaptación y dirección: Pablo Messiez                            
Intérpretes: Isabel Ordaz y Nacho Sánchez
Escenografía y vestuario: Elisa Sanz
Iluminación: Paloma Parra
Sonido: Nicolás Rodríguez

Argumento
Una madre se despide de su hijo mientras aguardan al padre que vendrá a buscarlos enseguida para partir a un largo viaje. De alguna manera el hijo ya se fue hace tiempo: se encerró en sí mismo, en una cápsula de hermetismo. El padre ha de llevarlo a un hospital y dejarlo internado para que se cure de su trastorno mental.
En este tiempo de espera, la madre busca palabras para despedirse, sin recibir respuesta alguna de parte del joven. Los recuerdos le golpean, insistentes, evocando así ante él y ante el público la historia de una mujer desesperada, una mujer que ha nacido únicamente para ver sonreír a su hijo. Un hijo que no solo no sonríe, sino que permanece ausente, ido, o tal vez habite un mundo para los demás humanos inaccesible.


Foto de Sergio Parra

Como tantas y tantas que no he podido ver en directo, pude disfrutarla on line durante el tiempo de confinamiento. Nada comparable al escenario en vivo, pero dolorosamente bella incluso a través de la pantalla.

02 agosto 2020


LA PIEDRA OSCURA  de Alberto Conejero


RAFAEL.- Cuando todo haya terminado. Si lo lográis, si ganáis esta guerra que habéis querido, ¿qué vais a hacer luego? ¿Cómo vais a vivir con toda esta sangre bajo los zapatos? ¿Cómo os vais a abrazar a vuestras mujeres por la noche? ¿Cómo vais a mirar a vuestros hijos a la cara y les vais a decir “yo maté a mil hombres”? 
SEBASTIÁN.- Yo no he matado a nadie. 
RAFAEL.- ¿Cómo vais a vivir el resto de los días? 
SEBASTIÁN.- ¿Cómo voy a vivir el resto de los días? No lo sé, no lo sé. Dímelo tú, dímelo tú si es que lo sabes. Porque yo no soy capaz de imaginarlo. Vi cómo mi madre caía en el suelo y seguí corriendo. No me detuve. No me acerqué a levantarla. No me acerqué a mirarla por última vez. Salí corriendo. Sólo pensaba en salvarme. Pensé que era la voluntad de Dios. Que yo debía salvarme para que la existencia de mis padres tuviera un sentido. Pero ahora no logro dormir sin escuchar su voz y no entiendo lo que dice, no entiendo qué quiere decirme. 

...


RAFAEL.- No entiendes nada. Ni tú ni ninguno de los salvajes que te acompañan. ¿Por qué a él? ¿Por qué tuvisteis que matarlo a él? Había intentado llamarlo desde Donosti. Nadie sabía decirme nada. Mi hermana me dijo que había preguntado por mí en julio, antes de que todo esto empezase. Un amigo me dijo que se había bajado a Granada, con su familia. Me tranquilicé. No estaba solo. Cuando regresé mi padre me dio la noticia: “Han matado a tu amigo el poeta”. Mi hermana María lloraba sentada en una silla. ¿Qué? Han matado a Federico, han fusilado a Federico. Mentira. ¿Por qué iban a matarlo? ¿Por qué iba a alguien querer matar a Federico? ¿Qué ha hecho él? ¿qué os hizo él? Salí de casa y me puse a correr. Hasta la Gran Vía. Llegué a casa de unas amistades. “Mi padre se ha vuelto loco. Dicen que han matado a Federico”. Y se callaron. No sé qué hice luego. Me encontró Modesto en el café de Correos. Resolviendo problemas, ecuaciones en una servilleta. Cosas de la Escuela de Minas. “Rafael, tienes que volver a casa” me dijo. ¿Volver a casa? ¿Qué casa? El mundo se había deshecho bajo mis pies y me parecía que todo flotaba en el aire. No pude despedirme. Pensé que como siempre nos acabaríamos encontrando...


Si te interesa: artículo sobre la obra editado en éste blog en Diciembre de 2016.

26 julio 2020


ENSAYO de Pascal Rambert

"Yo quería ser tu amigo. Tú eras claro cuando yo farfullaba. Donde todo era fácil para ti, todo era lento y arduo para mí. Yo vivía un sueño de arenas movedizas cuando tú corrías por la playa. En las fiestas me habría gustado ser tu sangre para recibir el alcohol que bebías y ver la vida de forma única, como tú la veías. Yo quería ser tu amigo. Cuando actuábamos en el teatro, yo estaba alejado, distanciado, veía tu precisión y veía las palabras salir de mi boca y todo me parecía horriblemente inexacto. Yo era falso cuando tú eras verdadero. Siempre fuiste verdadero, siempre supiste dar vida a las palabras. Siempre supiste estar en la vida sin esfuerzo cuando a mí, me costaba".


Ensayo fue galardonada con la Medalla de Bronce 2015 del Premio Émile Augier de Literatura y Filosofía otorgada por la Academia Francesa.

Dirigida por él mismo, con interpretaciones de Israel Elejalde, María Morales, Jesús Noguero y Fernanda Orazi fue estrenada en septiembre de 2017 en Teatro Kamikaze.


Un texto desconcertante al principio y fascinante al final. Interpretaciones impecables.

CHÉJOV

"Quién había dicho que había que levantarse por la mañana, 
comer al mediodía 
y acostarse al hacerse de noche".

19 julio 2020


ESTO ES AGUA de David Foster Wallace


"La mente es un siervo excelente, pero un amo terrible".

"Uno puede decidir a qué dioses adorar. Cualquier cosa que vayas a adorar, se te comerá vivo".

"Nuestra configuración natural por defecto: el egocentrismo".

Texto visto durante el tiempo de confinamiento a través de la plataforma Zoom, gracias a Teatro de La Abadía. Un privilegio ver la interpretación de Israel Elejalde en tu casa, en tu pantalla, en directo y con una copa de vino en la mano. 





13 julio 2020


ENSAYO de Pascal Rambert


"La noche es muda, dura, cruel, muda como la verdad.
No hay una verdad, no hay dos verdades, sólo hay voces en la noche, saliendo de cuerpos temblorosos, preguntando a la oscuridad cuál es el sentido de todo eso."

05 abril 2020



El 14 de marzo fue declarado por el Gobierno de España el estado de alarma ante la amenaza del coronavirus. Se ha de frenar la curva ascendente de contagios y así paliar la crisis sanitaria que se viene. Muchos enfermos, los medios no darán a basto. Se decreta por ley que todos los ciudadanos, salvo trabajadores esenciales, no salgan de sus casas salvo absoluta necesidad. Se para el mundo, la vida. 

Desde entonces, 22 días (el día 14 aún tuve que ir a trabajar), permanezco en casa al igual que 1/3 de la humanidad. El miedo al dichoso virus ayuda. Lo que parecía ser una fuerte gripe se convierte en  una amenaza para la vida de cualquiera. 

A salvo en casa, sí, pero sola. Exponiéndome al "bicho microscópico" lo mínimo, sí, pero totalmente indefensa ante la ansiedad. Ya hace unos años tuve que pasar por un mal estado de salud que me obligó a permanecer encerrada en casa muchos días, sola también, así que desde el día 1 decidí que ésta vez la ansiedad la mantendría a raya. Y de momento lo estoy consiguiendo. 

Soy disciplinada y voluntariosa, marcarme una rutina me ayuda. Hago ejercicio: kilómetros en bicicleta estática y yoga, práctica que hace años había abandonado y he aprovechado para retomar; estudio, sí, parece que nunca vaya ha dejar de hacerlo, me lié con el intento de unas oposiciones; leo, bueno... devoro letras como si se tratara de palmeritas de coco, ésas que me privan y que no pruebo desde hace un mes; y ahora viene lo mejor... veo teatro.

Es indiscutible que a través de una pantalla el teatro no es el mismo teatro. No existe el reunirse y compartir en el momento presente lo que solo está aconteciendo en ese momento. Pero dadas las circunstancias nos tenemos que conformar. Lo imposible no es factible. 

Veo obras que ya he visto, otras que no pude ver en su momento, y otras muchas que de no ser por éste periodo que nos está tocando vivir probablemente no habría visto nunca.

Ayer mismo repetí y pude disfrutar de nuevo de una función que había visto 8 años atrás, esta vez con mi tablet de por medio. Si bien es cierto lo dicho anteriormente, el teatro no es el mismo teatro porque su verdad solo es la que acontece en el preciso instante en el que se está representando, la grabación de una obra, sin parones, ni repeticiones, también tiene su encanto. Incluso algunos primeros planos transportan casi a la fila 1. De cualquier manera, es un ejercicio fascinante reencontrarse con el trabajo de un director teatral y de unos actores y actrices que aún siendo los mismos te hacen transitar la función de manera más consciente e intensa que la primera vez. 

Son muchos años de público y de vida, ¡qué tontería!, soy más mayor, pero sigue asombrándome la capacidad de trabajo y la solvencia de ciertos actores, actrices y directores. Abrumada y feliz, sin ninguna angustia, doy las gracias a todas las personas que crean, que trabajan en las artes y además en éstos días lo comparten de forma gratuita, a pesar de lo que esta crisis va a suponerles económicamente. Escritores, músicos, actores, directores, bailarines... ¿Qué sería de nosotros sin todo eso? Prueben a estar un día sin música, sin cine, sin danza, sin teatro, sin poesía, sin literatura...

Tiene que comer el cuerpo y también el alma. El pan y las rosas. Desde este pequeño rinconcito de expresión, todo mi agradecimiento a aquellos que nos proporcionan ambas cosas. Cuando todo esto acabe búsquenme en un teatro y a la salida en cualquier cafetería que tengan palmeritas de coco o en su defecto tarta de zanahoria, que también está bien.


20 febrero 2020


LAS CANCIONES
de Pablo Messiez
Editorial Con Tinta Me Tienes





Tercer libro que cae en mis ansiosas manos del autor que denomino "mago de las palabras", apodo que le otorgué tras leer "Las palabras de las obras", una agrupación de varios de sus textos teatrales entre los que se encuentra "Todo el tiempo del mundo", obra también dirigida por él, de la que pude disfrutar primero como público y segundo como lectora. (De ambas escribí en su momento en éste blog. Búsquenlas por su etiqueta si les apetece saber más).

Vuelve a ser la editorial "Continta me tienes" la que edita "Las canciones", uno de sus últimos textos, también llevado a escena bajo su dirección.

El texto nos cuenta la historia de varias personas (basado en personajes y situaciones de Antón Chéjov), tres hermanos, la mujer de uno de ellos, un amigo y dos músicos desconocidos que se unen al grupo en el primer aniversario de la muerte del padre (también músico) y cumpleaños de una de las hermanas. 

"- OLGA: Muchas gracias, pero no somos de celebrar aniversarios de muertes.
 - IRINA: Es mi cumpleaños.
 - NATALIA: ¿Sí?
 - OLGA: Sí
 - NATALIA: Eso sí lo celebramos.
 - TODOS: ¡Feliz cumpleaños!
 - NATALIA: ¿Y la tarta?
                 …
 - NATALIA: Voy a hacer una tarta.
 - IRINA: No  quiero tarta.
 - NATALIA: ¿Cómo que no? Claro que sí, en un plis te hago una tarta.
 - IVÁN: No, mujer. No puede comer ni huevo ni leche.
 - IRINA: Soy vegana.
 - NATALIA: Ay, es cierto, pobre.
 - IVÁN: ¿Pobre, por qué?
 - NATALIA: Porque no puede comer cosas.
 - IVÄN: No quiere.
 - NATALIA: Ah."

Se muestra con gran rapidez la realidad de cada uno de ellos, y a través de los cortos instantes en los que la falta de música proporciona el diálogo entre ellos, irán "descubriéndose" ante el resto.

"- OLGA: En la vida hay que saber si se es de cantar o se es de escuchar. Y aquí somos de escuchar."

 "- JUAN: Canciones de vuestro padre.
  - IVÁN: No. Música y canciones de otros. Para olvidar a nuestro padre."
...

"- IVÁN: Yo también estoy mal. Pero eso no le importa a nadie. Estoy cansado. Pero eso no le importa a nadie. (A Olga, Miguel e Irina). A ver, no os gusta mi mujer, no pasa nada. A mí tampoco me gusta a veces. Como tampoco me gustáis vosotras, ni yo mismo me gusto a veces. Pero estamos aquí. Y por algo todavía estamos insistiendo en seguir juntos."
...

" - NATALIA: Hace mucho que nadie hablaba conmigo. Y no me daba cuenta. Me hablan,... pero no así. Tú me hablas a mí. Mi marido últimamente le habla a la madre de su hija." 

Fragmentos sacados del libro de forma muy complicada, pues escribiría en éste artículo el libro entero, porque ninguna de sus palabras sobra, ni tampoco ninguna de sus emociones ni la intención de las mismas.

La escritura de Messiez tiene poder de abstracción. El embelesamiento que proporciona no permite que ninguno de los sentidos se distraiga de las frases del libro. La vista devora líneas y se vuelve a leer lo leído para no perder nada de lo que se dice. La percepción, más allá de las palabras escritas, se expande y  traslada a escuchar lo que no se oye, incluidos los silencios.

"-OLGA: Vamos a callarnos un momento pero no por astucia ni miedo. Nos vamos a callar para escuchar.

Pausa breve

-JUAN: ¿Què hem de fer?
-OLGA: ¡Silenci!

Hacen silencio. IVÁN lo interrumpe dejando caer una silla.

- OLGA: Es imposible... Qué triste... No poder hacer silencio juntos.
- MIGUEL: ¿Pongo otra?
-OLGA: ¡Sí! Cánsame. Cánsanos. A ver si espabilamos y se nos quita la tontería."

Y poco a poco, cayendo en el hechizo de las palabras, se comparte el momento entre el autor, los personajes y su mundo, que como lectora es lo más maravilloso que puede pasar a través de un libro.


El epílogo es una conversación entre el autor y el director y guionista Carlos Marqués-Marcet.

"...es entonces cuando aparecen las canciones como portadoras de sentido de recuerdos y la selección de las que forman parte de la biografía de uno mismo".

Llega el libro a mí en una época en la que la música ha de dejar de ser recuerdo para pasar a ser lo contrario, música nueva, sin recuerdos.
Canciones que sólo forman parte del presente, de mi presente, intentando que la vida tenga una nueva banda sonora original, sin precedentes. Y además de escuchar, cantar, y además de cantar, bailar.

Lean "Las Canciones" y escuchen, y canten, y bailen. ¡Ojalá podamos verla, y convertir el momento en catarsis!





19 enero 2020

SIN RESERVAS


SIN RESERVAS

Texto de Sergio Plou
Dirección de Josean Mateos
Interpretado por: Ana García, Amparo Luberto e Ignacio Otín



"Sin Reservas" es una tragicomedia, y como tal, nos cuenta una situación que podría ser real, mezclando lo cómico con lo trágico.

Begoña (Ana García) es la dueña de un pequeño restaurante en no muy buenas condiciones tras haber sufrido un incendio. Una mujer cansada de "emprenderla" con su madre, su hija, su cuñado, sus empleados y su negocio. Su pinche, Marcos (Ignacio Otín), un joven también en malas condiciones debido a la precariedad laboral que le proporciona un contrato en prácticas que se alarga sin remedio y le obliga a tener otros "trabajillos" para poder sobrevivir.

Los dos coinciden en el vestuario antes de comenzar una nueva jornada de trabajo. Lo que aparentemente parece ser un día como otro cualquiera, cambiará con la llegada de Azucena (Amparo Luberto), la repostera, quien los implicará en un acontecimiento que complicará todavía más sus vidas.

La obra parte de una idea original de Josean Mateos, quien se enfrenta a su segundo montaje como director tras una adaptación de "Yerma", levantada sin apenas recursos y con un resultado más que digno.

De ésa idea de Mateos nace el texto escrito por Sergio Plou, miembro de Facultad Mermada, dramaturgo y productor. Diálogos cotidianos y divertidos que poco a poco van mostrando las verdaderas realidades y miserias que conforman el día a día de cada uno de los personajes. 

La historia está llena de instantes que la Dirección sabe aprovechar y manejar para convertir la puesta en escena en momentos llenos de matices que enriquecen la función.

Un conjuro ridículo, cortinas que estorban  cada vez que alguien intenta entrar, bombillas que no funcionan bien y no dejan de parpadear, diálogos fuera de escena bien resueltos, plomos que saltan y dejan el espacio a oscuras, todo llevado a cabo con precisión tanto por el elenco como por la estupenda iluminación de Fernando Medel. La escenografía ayuda y cumple su papel en todas estas situaciones. 

Cuando todo parece ser un día más de trabajo antes de las vacaciones de verano, de forma inesperada, llega la tremenda noticia que termina con lo banal de la rutina. Instante en el que todo comienza a volverse complejo, turbio e incierto. 

A partir de ese momento todo acontece de forma trepidante e irracional, como si los hechos no pudieran resolverse de otra manera. La víctima deja de serlo.

Un formidable desenlace final, sorprendentemente asimilado bajo el paraguas del humor, ése que nos salva cuando lo que vemos en el otro, e incluso frente al espejo es lo contrario de lo que somos, animales racionales. 

Varias de las razones de ser del teatro, entretener, pero al mismo tiempo hacer pensar.  Observar al otro, y desde la empatía preguntarnos si seríamos capaces de actuar igual, si resolveríamos de la misma forma, si justificaríamos lo indefendible, si disculparíamos y callaríamos para siempre, pero de verdad, sin las risas de fondo de un teatro. "Ahí lo dejo, pensálo!"


*
Representado durante los días 17, 18 y 19 de enero de 2020 en el Teatro del Mercado de Zaragoza. Rozando el lleno en el estreno y colgando el cartel de entradas agotadas los últimos dos días.