17 noviembre 2019

PRÓXIMO



PRÓXIMO
Dirección: Claudio Tolcachir
Intérpretes: Lautaro Perotti, Santi Marín






Mucho tiempo ha pasado desde la primera vez que oí hablar de Claudio Tolcachir y su Compañía Timbre4. Lo descubrí gracias a las redes sociales a las que tanto se critica, pero que tanto acercan cuando se está lejos. 
Y precisamente de esto habla Próximo, de una relación a distancia entre dos hombres que no se conocen en realidad, pero mantienen contacto a través del ordenador y el móvil. Se ven y se hablan, pero no se tocan, no se huelen, no se miran sin una pantalla de por medio. Lo que dio comienzo con unos "likes", continuó con unos mensajes y siguió con conectarse para hablarse. Y a miles de kilómetros de distancia, uno en Australia y el otro en Madrid, poco a poco van desvelando sus circunstancias, sus anhelos, y sobretodo sus miedos. Su vínculo irá creciendo y terminarán ambos convirtiéndose en la compañía más valiosa para el otro, la única que tienen frente a la soledad. 

Separados en la historia por miles de Kilómetros, pero a medio metro en el escenario. Trabajo titánico el de Lautaro Perotti y Santi Marín al estar durante más de una hora en escena sin mirarse, sin tocarse, sin volverse al habla del otro, tan sólo escuchando, percibiendo e intuyéndose. 
El movimiento es dinámico y el resultado brillante al no parecer estudiado, sino fluido, sin ninguna marca que lo delate. 


Comparten espacio y lo recorren. No hay ubicaciones definidas. Todo el escenario es Australia y España, una casa y otra casa, de día y de noche, en invierno o en verano. La dirección sobresaliente consigue que todo se perciba como una realidad, con momentos de conversaciones superpuestas y casuales perfectas.

Los actores desarrollan un gran trabajo interpretativo y contagian sus vacíos y sus temores creando escenas de gran emotividad en varios momentos. 

Para cuando llega el oscuro, el temor del no saber qué pasará y la desazón de la incertidumbre ya se han impregnado en el cuerpo, de tal manera que aún hoy permanece. 

Maravilla de obrón, más intenso si cabe al tenerles a un metro de distancia de la butaca. 

Hace un par de temporadas pude disfrutar, también gracias a la programación de Teatro del Mercado, de "La omisión de la familia Coleman", de la que Tolcachir es también autor y director. Ya entonces confirmé que era el teatro que me gusta, artesanal, que me mueve y me llega a todo el cuerpo. Ayer Tolcachir se consolidó para mí y estoy segura de que ha llegado para quedarse como uno de mis directores preferidos. Porque me emociona lo cotidiano convertido en hermoso, y él lo consigue. 

¡NO SE LA PIERDAN!, "Próximamente" en Teatro de La Abadía. 
Dentro de la 37 edición del Festival de Otoño.
Del 28 de noviembre al 22 de diciembre.



11 noviembre 2019

LA ELEGIDA


LA ELEGIDA

Helena Castillo es Concepción
Dirección Pep Vila
Textos: Sergio Plou



Los días 1, 2 y 3 de Noviembre se estrenó en el Teatro del Mercado de Zaragoza "LA ELEGIDA". 

"La elegida" es Concepción, una mujer rara que en cuanto aparece en escena despierta cuando menos curiosidad. Su porte la define desde el primer segundo. Su diálogo con el público, a quien habla directamente durante toda la función, la presenta como alguien diferente que no tiene miedo a contar, una persona "rara" de quien se desea saber. 

Concepción parece recibir "señales" que la empujan a tomar la decisión de ser madre. Algo complicado en su caso, por ser viuda y no tener pareja. No obstante, a pesar de la ardua tarea, las señales recibidas, tanto las que parece percibir de su marido fallecido, como otras que están por todas partes, la llevan a buscar a alguien que le ayude en tan difícil situación.

¿Conseguirá Concepción su cometido? ¿Serán el embarazo y el parto una maravillosa experiencia, o será la maternidad otra cosa diferente a lo que se cuenta?

Un viaje para disfrutar de luces y sombras, de verdades y mentiras y sobre todo de risas. 

Helena Castillo deja su nariz, pero no pierde su alma de clown. Maneja con precisión, ritmo y naturalidad un texto inteligente. Sola en las tablas, se ayuda de una puesta en escena estupenda, una escenografía casi inexistente, en la que los pocos objetos que la acompañan son suficientes, cobran vida y se convierten en piezas divertidas e incluso mágicas. Sorprendente el juego que puede dar una válvula y desconcertante el que puede dar una flauta. Su ingenuidad, y al mismo tiempo su valentía inconsciente, nos llevan hasta el final del comienzo en el que quizás, quién sabe, deba permanecer de nuevo sola.

Un trabajo extraordinario de dirección que hace de "LA ELEGIDA" un espectáculo para reír y reflexionar al mismo tiempo. Un personaje creado con mucho trabajo y "mimo".