31 diciembre 2017


BALANCE DEL TEATRITO DE 2017




El teatro es de lo mejorcito que hay en mi vida, puedo decir que en muchos momentos "me ha dado la vida". Por eso cuando se acerca el fin de un año y la mayoría de la gente hace balance de viajes, trabajo, estudios, salud, dinero y amor, yo hago balance de las obras de teatro que tuve la suerte de ver y la mala suerte de no ver. Así mismo, cuando la mayoría de la gente piensa en los propósitos para el nuevo año como apuntarse al gimnasio, dejar de fumar, ir a clases de idiomas o sacarse el carnet de conducir, yo pienso en todo lo que me queda por ver en los teatros.

Pues bien, terminé 2016 viendo "Incendios" de Wajdi Mouawad, dirigida por Mario Gas, seguida de "La piedra oscura" de Alberto Conejero, dirigida por Pablo Messiez. Casi nada. El listón quedaba alto para el 2017. Hubo suerte y pude comenzar el año con "Hamlet", versión y dirección de Miguel del Arco. Continué con "Todo el tiempo del mundo" escrita y dirigida por Pablo Messiez, LA MEJOR OBRA DE TEATRO QUE HE PODIDO DISFRUTAR DURANTE ESTE AÑO. El listón no bajaba, ¡bravo! Después vino "El plan" de Ignasi Vidal, también estupenda. Y poco más, porque me perdí "Ahora todo es noche" de la Zaranda, "Una gata sobre un tejado de Zinc caliente" con el gran Juan Diego, "Mármol" con Pepe Viyuela, "El hogar del monstruo" y "Cáscaras vacías", ¡todas me las perdí!, por una u otra razón. La falta de tiempo suele ser la principal. También una economía no muy boyante que a veces implica elegir. Pero en una ciudad como Zaragoza, donde las obras no suelen permanecer en cartel más de dos o tres días, es difícil. Máxime cuando se trabaja de tarde-noche, incluidos viernes, sábados, domingos y algún festivo, mal definido ya como "festivo de guardar". La cosa se complica cuando en el mismo fin de semana se programan a la vez varias cosas que tendrías intención de ver. Ardua labor conseguir ir a todo.

Mientras tanto en Madrid se estrenan obras sin parar. Allí sí que permanecen en cartel semanas. Y yo me desquicio pensando en lo que tardaré en ver algo de todo eso. Así que, llegado este momento, reivindico que haya más apoyo y ayudas para que las obras de teatro, que finalmente se consiguen representar tras el trabajo de tanta y tanta gente, giren y puedan ser vistas por todo el territorio español. ¡No sólo en Madrid se llenan los teatros!

Hecha mi reivindicación retomo el balance. Tras el parón del verano se inició la nueva temporada teatral con el Festival de ZGZ Escena. Su programación incluía "El hijo que quiero tener", de Pont Flotant. Esta vez no iba a ser espectadora, sino que me subía a las tablas. Me lancé a la piscina, que en realidad acabó siendo un charco. Lo aprendido y disfrutado junto a Pont Flotant "me dio la vida" de nuevo. El mundo es demasiado hermoso desde un escenario, pero no sólo por el resultado final, que también, sino por todo el trabajo previo y todas las emociones que conlleva. ¡Increíble! Si alguien quiere saber más sobre mi alucine durante esos días que lea en este mismo blog la crítica de "El hijo que quiero tener", o el texto "Tanta emoción no cabe en el pecho".

Y así, el listón subió. Y continué yendo al teatro, (con mucha morriña de lo vivido).

Me cautivó "Último tren a Treblinka". Porque siempre nos posicionamos como espectadores frente al escenario, sentaditos en la butaca, y cuando eso se modifica y tu sitio pasa a ser un banco de un orfanato de un gueto de Varsovia en el año 1942, la cosa cambia. Interpretaciones y escenografía brillantes. Indescriptible sentir el aliento y el tacto de los actores a tu alrededor. Ojos hablando.

Después vinieron "Troyanas", "Shakespeare en Berlin", estupenda, "La omisión de la familia Coleman", bárbaros, "Mosca", conmovedora, y "Mi lucha" de Antonia San Juan, pasmosa. Ésta será la última del año que se va, así que de nuevo el listón queda alto. Y mientras pienso en lo que vendrá, también me lamento por lo que no vi, "Cervantina", "La clausura del amor", "He nacido para verte sonreír", "La cocina", "Antigona", "La edad de la ira", "Blackbird", "Bodas de sangre", "Venus", "Danzad malditos", "El amante", "A voz en cuello", "Ensayo"... ¡tantas!

Ahora, en Madrid, "Esto no es la casa de Bernarda Alba", "Heartbreak hotel", "Crimen y telón", "Tebas land", "Una habitación propia"... ésta última llenará donde vaya, casi seguro. En fin, seguiré con mi hambre de teatro porque no puedo saciarla con lo que aquí llega. Mientras tanto, ¡FELIZ AÑO TEATRERO 2018 PARA TODOS! En mi carta a los Reyes Magos pediré algún viajecito a Madrid.