30 septiembre 2017

TANTA EMOCIÓN NO CABE EN EL PECHO

Sucedió en apenas unas horas, repartidas en tan sólo cuatro días. Y lo vivido cambió su perspectiva de la vida. Y comenzó...

a mirar a los ojos, para dejar de mirar al suelo,

a observar a su alrededor, para caminar sin chocar con otros,
a ser valiente y levantar la mano para preguntar,
a levantar la voz para hacerse oír,
a disfrutar de momentos alegres,
a respetar lágrimas ajenas,
a sentirse importante y querida,
a saborear la belleza de compartir un instante,
a gozar del cansancio por ser sinónimo de felicidad,
a intentar percibir todo,
a intentar interiorizar todo,
a confiar y ver el horizonte en vista panorámica,

y tanta emoción anidó en su pecho. Y se hizo tan grande que oprimió su tórax, como si de un sentimiento tan intenso se tratara, que ni su cuerpo fuera capaz de soportarlo. Pensó que si hubiera sido posible estallar de gratitud, lo habría hecho. ¡Como un cohete artificial!. Y desde entonces, las imágenes, la música, la tiza, la plastilina y las gotas de agua de esos días las guardó en un lugar muy concreto, sólo para ella. Y continuó su vida como pudo, deseando repetir para volver a encontrarse a sí misma.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Deja tu opinión!