06 septiembre 2015




MIGUEL ANGEL BERNA DE CERCA


El pasado domingo, 30 de agosto de 2015, tuve la oportunidad de ver en el Centro Cívico Teodoro Sánchez Punter a Miguel Angel Berna. Le había visto bailar en otras ocasiones en el Teatro Principal y en la Sala Mozart del Auditorio. Siempre un placer. Verle en un pequeño escenario de mi barrio, por el módico precio de 5 euros, ha sido un regalo. Un bailarín que ha llenado teatros por todo el mundo: Grecia, Japón, Cuba, Paris, Londres, Nueva York... bailando allí. 

El espectáculo comenzó con una música penetrante desde el primer compás, la luz fue creciendo en el escenario y con ella apareció él, ...sentado en una silla. ¡Sorpresa! Berna no baila, Berna habla micrófono en mano. Comienza a explicar su necesidad de sentirse próximo a la gente, su necesidad de cercanía con el público. Y yo pienso ¡qué grande!

La base del espectáculo es la unión de la jota con la tarantela, baile popular del sur de Italia. Presenta a Manuela Adamo, bailarina con la que representa el cortejo que en 1600 se daba entre las parejas que difícilmente podían comunicarse de otra manera que no fuera bailando.

Nos cuenta que cuando visita Italia, ve a sus gentes en fiestas, bailando por las calles, espontáneamente. Que le gustaría ocurriera lo mismo aquí. "¿Para qué sirve la jota que hacen unos pocos si la gente no la baila en la calle?", dice.

A veces, uno no es profeta en su tierra. Pues bien, Miguel Angel Berna es grande dentro y fuera de su tierra. Así lo demuestra cada vez que sube a un escenario, sea el que sea, y con su talento y sus horas de trabajo, defiende su arte. Su rasmia es única, igual que sus prodigiosas castañuelas y sus saltos.

Así que, desde aquí os animo a que disfrutéis de "La Jota y la Taranta", en el Auditorio de Zaragoza los días 2, 3 y 4 de octubre. Porque la jota no es sólo "que le den, que le den café". 

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